El síndrome de alienación parental.
El síndrome de alienación parental ha sido descrito como un trastorno por el que un progenitor altera la conciencia de sus hijos con el propósito de imposibilitar, entorpecer o destruir sus vínculos con el otro padre o madre.
El síndrome de alienación parental se caracteriza por el aleccionamiento del hijo de sentimientos de odio hacia el progenitor no custodio (y su familia). Se extiende hasta que el hijo tiene una autonomía de pensamiento de rechazo sin necesidad de que el otro progenitor lo controle. Así, el menor, paulatinamente, evita y rechaza por iniciativa propia, los contactos y visitas con el progenitor no custodio. Advertir asimismo que no todo cambio conductual del menor supone una alienación parental, existen otros factores que podrían explicar ese cambio de actitud como, por ejemplo, la adolescencia.
Algunos de los indicadores del síndrome de alienación parental son:
- Cuando las razones dadas por el menor son superficiales o incoherentes.
- Cuando el menor manifiesta que nadie “le ha metido esas ideas en la cabeza”.
- Cuando el menor defiende el comportamiento del progenitor alienador.
- El odio hacia el no guardador no alberga sentimiento de culpa. No se siente mal por hacer lo que está haciendo.
- Las situaciones que describe, lo que dice o las palabras que emplea, son una replica de lo que piensa y dice el progenitor alienador.
- Ese odio se extiende a la familia del progenitor alienado.
Consecuencias del síndrome de alienación parental
Las consecuencias a las que lleva este síndrome a nivel psicológico son irremediables, tanto a corto como a largo plazo. El menor es manipulado y éste aprende a su vez a manipular. El progenitor alienador introduce una corriente de pensamiento propio y utiliza el miedo y el chantaje para que el menor obedezca. Si no se corrige, el menor repetirá lo aprendido, deviniendo un adulto con carencias.
¿Qué dice la comunidad científica sobre el síndrome de alienación parental?
No obstante lo anterior, decir que el SAP no ha sido reconocido por ninguna asociación profesional ni científica, habiendo sido rechazada su inclusión en el DSM-IV por la Asociación Americana de Psiquiatría, y en la CIE-10 de la OMS.
La actitud e ideología de su Richard A. Gardner, su “creador”, es controvertida, puesto que es igualmente “popular” que escribió cuestiones que se han asociado con un imputada pedofilia y el enfoque de la madre (mujer) como alienadora y que hace invisible al padre.
Son cada vez más numerosos los profesionales de las psicología y psiquiatría que valoran la formulación del síndrome como un modo más de violencia contra la mujer, y que recuerdan que “La ciencia nos dice que la razón más probable para que un niño rechace a un progenitor es la propia conducta de ese progenitor. Etiquetas como el “SAP” sirven para desviar la atención de estas conductas (Dr. Paul Fink) y olvidan que la ambivalencia o el rechazo hacia un progenitor puede estar relacionada con muchos factores diversos” (Dr. Gaber).
El síndrome de alienación parental: en resumen
Si bien no está reconocido, no por ello debemos no prestar atención tanto al menor afectado como al progenitor alienador que está falseando la realidad y causando daños irreparables tanto a nivel relacional como a nivel psicológico.
La circunscripción o no de los anteriores supuestos bajo una determinada «etiqueta» no supone su inexistencia, pues su mera presencia infiere una vulneración manifiesta de las obligaciones del progenitor guardador para con su hijo. Legitima a su vez al progenitor alienado a interponer la acción judicial adecuada para corregir la situación alterada.
Como en otras muchas ocasiones la opinión del menor es un elemento esencial a tener en cuenta, que deberá ser valorada con el resto de pruebas. No por ser menor lo que diga deberá ser tenido menos en cuenta. También añadir que de la misma forma que hay que prestar atención a la conducta del presunto alienador, lo mismo se debe hacer con quien sostenga sentirse alienado, sobre todo cuando hubiera antecedentes o indicios fundados de violencia sobre el ex-cónyuge o sobre los propios menores.
La existencia de una manipulación como la descrita podrá llevar aparejado un cambio de guarda y una corrección tanto en la actitud del alienador como del menor, lo cual deberá interesarse a través del procedimiento judicial concreto.
Si cree que su hijo puede estar siendo presionado, viéndose alterada su actitud, no dude en contactarnos, nuestro equipo estudiará el caso y le asesorará.
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