Tras un divorcio, la adolescencia puede ser un reto tanto para los adolescentes como para sus progenitores y ayudarlos a convertirse en unas personas más independientes puede ser difícil.
Algunos de los retos a los que se enfrentan los adolescentes en las familias divorciadas incluyen: el ir y venir entre dos casas, que existan en cada uno de esas casas reglas diferentes, los conflictos de lealtad, el mudarse, el tratar con las nuevas relaciones de sus progenitores y, a lo mejor, el adaptarse a un nuevo matrimonio y/o unos nuevos hermanos.
Los expertos nos dicen que la adolescencia es un momento de transición del niño en el que este está buscando formar una nueva identidad diferente a la de sus progenitores. Este proceso puede ralentizarse si sus padres se divorcian. Aunque pueden tardar sobre el año adaptarse, los sentimientos de tristeza o rabia pueden reaparecer durante momentos estresantes (épocas de exámenes, si los padres se casan de nuevo), incluso si estaban aparentemente bien.
Algunas de las señales que advierten que el adolescente está teniendo problemas para enfrentarse al divorcio están:
Los cambios de humor intensos que abarcan desde la euforia (extrema) a la hostilidad (extrema) y que duran días. Además, pueden enfadarse de forma exagerada ante situaciones triviales.
Otras señales pueden ser las peleas en la escuela, los engaños, mentiras o discusiones acaloradas con terceros (profesores, amigos, o los progenitores), la disminución de su rendimiento escolar (mantenido), el aparecimiento de dolores (de estómago o de cabeza), problemas para conciliar el sueño, trastornos alimenticios, cambios en las relaciones entre sus iguales, aislamiento y tristeza. Será preocupante cuando duren más de unos pocos días.
Durante y después del divorcio, es básico que ambos progenitores promuevan un vínculo saludable con su hijo/apara fomentar su autoestima y adaptación. Demostrarles compasión y comprensión no funcionará todos los días, pero les ayudará a sentirse menos estresados. Estableced un diálogo abierto con ellos para que puedan intercambiar sus ideas y opiniones.
(7) Consejos para ayudar al adolescente a enfrentar un divorcio:
Escucha de forma activa. Cuando los niños se sienten valorados por sus padres, ellos también los valorarán. Los adolescentes están bajo mucho estrés, por lo que es necesario estar dispuesto a escuchar.
Evita enfardarte y discutir con tu ex cuando estés con tu hijo/a. Contrólate y evita comentarios peyorativos, hacerlo puede provocar conflictos de lealtad.
Evita inmiscuir a tu hijo/a entre tu y tu ex. No compartas demasiados detalles de tu divorcio con él/ella.
Promueve un vínculo sano entre tu hijo/a y el otro progenitor. Sé flexible con los periodos; ten en cuenta que el adolescente necesita cierta libertad y espacio con su horario.
Conviértete en ejemplo, cuida cuerpo y mente. Mantén una vida saludable y activa e invítalo a que se una a ti. En lo mental, busca ayuda y asesoramiento si es necesario para mantenerte optimista sobre tu futuro.
Establece límites en las relaciones entre él/ella y tu. Intenta dejarles libertad pero a su vez establece límites. La independencia y autonomía llegada la adolescencia puede girarse en tu contra. Tu eres el progenitor y debes establecer, en un tono amable, normas de conducta/valores.
Conoce las señales de alarma sobre las alternaciones de conducta de tu hijo/a y busca ayuda profesional si es necesario. La adolescencia ya es de por confusa y agitada pero por lo que si ves que los signos antes expuestos se dan y mantienen, valora buscar ayuda profesional.
Las formas de promover la resiliencia del adolescente incluyen expresar empatía, comprensión y apoyo cuando están atravesando por un momento exigente.
Los amigos, la escuela, las actividades extraescolares son importantes para el bienestar del adolescente. Ser flexible en sus horarios de visita le permitirán disfrutar de aquellas cosas que son esenciales para su vida. Partir de la anterior idea, es decir, que el adolescente necesita equilibrio en su vida servirá como protección durante la adolescencia. Tu hijo/a puede terminar decepcionado o resentido si lo obligas que cumpla con tus expectativas o si eres demasiado rígido.
Sin embargo ¿por qué algunos adolescentes parecen superar el divorcio de sus padres con relativa facilidad, mientras que otros les cuesta más y es más probable que tengan una reacción negativa? Las razones pueden ser su personalidad y forma de ser, el que sea niño o niña, los estilos de crianza de los progenitores y su ajuste posterior al divorcio. Asimismo es importante conocer lo que dicen algunos estudios, los cuales revelan que las niñas, en mayor medida, no muestran signos externos de problemas hasta años después, es el «Efecto Sleeper».
Pero bien, si la relación con tus hijos está asentada en unos buenos cimientos lo más seguro es que lo acepten y adapten sin demasiadas dificultades.
traducción y fuente http://bit.ly/2B4DPzb
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